
Fuente: Diarios El Mundo, ABC, El Heraldo, El País, latin.us, eldiario.es, El Observador de Uruguay, RTVE
En varias regiones o comunidades de España está prohibido fumar o vapear (el vapor creado por un cigarrillo electrónico por cigarrillo electrónico) en la calle sin mantener la distancia interpersonal de dos metros como medida para disminuir la trasmisión de COVID 19 por los rebrotes que han incrementado las cifras de muertes a más de 29 mil y una cantidad similar de contagiados por semana.
Canarias tuvo la iniciativa de la prohibición de fumar al aire libre aparte de la obligación de usar mascarilla: “fumar, usar dispositivos de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas, shisha o asimilados en la vía pública y en los espacios al aire libre, siempre que no resulte posible garantizar la distancia de seguridad interpersonal de 2 metros”, mientras que Galicia prohibió fumar en terrazas de lugares públicos, medida que antes la hizo Nueva York y Suecia.
Y comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Valencia evalúan adoptar la medida.
Según la Organización Médica Colegial de España, OMC, fumar el cigarrillo convencional o vapear aumenta la posibilidad de trasmitir el virus porque llevan frecuentemente los dedos hacia la boca, así pueden contaminar los cigarrillos o dispositivos electrónicos y explican que se comportarían como vector inanimado del virus. Asímismo, es el retiro constante de la mascarilla que no sólo incrementa las posibilidades de tocar la boca, la nariz, los ojos o el interior de la mascarilla.
El otro motivo de factor de riesgo, es la contaminación aérea inherente a expeler humo de cigarrillo o vapeo combinado con el intercambio de oxígeno proveniente de los pulmones del fumador que podría ser asintomático que se descuida con las medidas de bioseguridad y va contagiando. La Organización Mundial de la Salud y los ministerios de salud de los gobiernos en el mundo han enfatizado la situación de los asintomáticos como peligroso vehículo de contagio.
La presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina manifestó que “Aunque los decretos de las comunidades autónomas obligan a llevar mascarillas en todo momento, en la práctica, los fumadores continúan fumando en terrazas de hostelería y en la misma calle, dificultando el esfuerzo colectivo de lucha contra la pandemia”.
El presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), el neumólogo Carlos A. Jiménez-Ruiz, advierte sobre la potencial carga viral altamente contagiosa del fumador hacia la persona que estuviese al lado en una terraza porque al fumar y exhalar el humo de tabaco o dispositivo electrónico se expulsan más gotitas respiratorias (que al hablar) llamadas Flügge, invisibles al ojo humano que se expelen al hablar, toser, estornudar o respirar y que pueden estar suspendidas en el aire hasta 30 minutos y horas según la superficie donde caigan. Para los fumadores el hábito de fumar los predispone a contagiarse con más facilidad y enfermarse de manera más grave porque las sustancias tóxicas del humo del tabaco disminuyen las defensas de los pulmones.
A la recomendación de no fumar en terrazas, playas u otros espacios abiertos para evitar el contagio del virus hecha por la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud de España y de varias sociedades médicas, existen posiciones en contra como la del ex Secretario General de Sanidad de 2005 a 2011 y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, José Martínez Olmos, quien afirma que no existe suficiente evidencia científica sobre la cantidad de gotitas Flügge que aumentarían al exhalar el humo por los cigarillos o aerosol por los dispositivos electrónicos y por las que se contagia el virus COVID 19.
El profesor de Epidemiología y Bioestadística de la Drexel University de Philadelphia, Usama Bilal, alerta que las medidas de lucha contra el virus se deben enfocar en las que pueden funcionar y habrá un incremento de frecuencia de fumadores en espacios cerrados por la prohibición en espacios cerrados.
A nivel del derecho, un juez en Madrid anuló la orden de prohibir fumar en la calle, el cierre de discotecas y otras medidas por el control contra el virus COVID 19. Sostuvo que no se pueden limitar derechos fundamentales si no se ha declarado previamente un estado de alarma o emergencia y a su turno, el gobierno español defendió que las medidas se basan en la Ley de Salud Pública.
En algunos tribunales, han dictaminado a favor de la medida relativa al la prohibición de fumar en espacios públicos si no se cumplen las distancias de seguridad y al cierre de discotecas tras desestimar la petición cautelar de la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON). Igualmente, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) dictó un auto por el que desestima la medida cautelarísima pedida por la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante.
Un ejercicio simple de sentido común, dice que el derecho de los fumadores de fumar en espacios públicos para todos, los no fumadores y aquellos que cumplen las medidas para contener la proliferación del virus pueden exigir el mismo respeto y si ellos mismos deciden ponerse en riesgo y a las otras personas, deberían optar por encerrarse en una habitación de su vivienda y asumir el costo de por lo menos contaminar a sí mismos y quienes viven con ellos.
El ex director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Daniel López-Acuña, sostiene que aunque la prohibición de fumar en espacios abiertos tuviese un impacto limitado en la disminución de la propagación del virus, no es una mala medida porque fumar representa a la acción de vociferar, gritar o cantar en la expulsión de gotitas invisibles al ojo humano.
En el mundo ocurre la discusión respecto a si el virus COVID 19 se transmite por aerosoles y no sólo por las gotitas que se expelen por nariz y boca, sin embargo hay algunas evidencias que al exhalar o botar el humo las micropartículas puedan ser enviadas más lejos y si el fumador estuviese contagiado, por tanto, el más próximo capturaría el virus, por ese motivo, un grupo de científicos pidió a la OMS que se le incluyera como vía de trasmisión, especialmente en lugares cerrados.
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) exige ir más allá de sólo las leyes antitabaco vigentes «para reducir la elevada carga de morbi-mortalidad asociada al consumo de tabaco y a la exposición al humo ambiental del tabaco».
A pesar de las duras críticas al director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, por la alerta tardía al mundo sobre la pandemia COVID 19, no hay que subestimar el futuro por la confianza en que las vacunas desarrolladas en sólo meses cuando se toman años para validar una vacuna es el fin de la pandemia, Adhanom ha subrayado que ‘’las vacunas no van a poner fin a la pandemia por sí sola’’. El cuidado debe continuar no sólo para quienes tuvieron el virus y no saben las consecuencias en su salud, sino para toda la población que debe seguir las conductas de bioseguridad probablemente los próximos dos años: distanciamiento social de persona a persona, uso correcto de mascarillas seguras, protector facial o lentes, el lavado constante de manos y el cuidado de la naturaleza, con énfasis, el aire para mantener mejor la salud y evitar una nueva situación de pandemia al menos por el divorcio del ser humano con su entorno.