El gobierno de Estados Unidos reitera la importancia del acceso ilimitado a muestras de virus, registros de laboratorio y personal, testigos presenciales y denunciantes para garantizar la credibilidad del informe final de la Organización Mundial de la Salud, por el equipo de investigación que llegó a China para esclarecer el origen del nuevo Coronavirus SARS-CoV-2, por tanto insta al gobierno chino que aborde los científicos del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) que enfermaron en otoño de 2019, antes del primer caso identificado del brote «infección cero», con síntomas consistentes tanto con COVID-19 como comunes enfermedades estacionales y experimentos con vínculos militares al coronavirus de murciélago »RaTG13» para mejorar transmisión o letalidad.

En declaraciones del secretario de estado de EE.UU., Michael R. Pompeo, esto plantea dudas sobre la credibilidad de la afirmación pública del investigador principal de la WIV, Shi Zhengli, de que no hubo «infección cero» entre el personal de la WIV y los estudiantes de virus SARS-CoV-2 o relacionados con el SARS.

Explica que la investigación del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) sobre el coronavirus de murciélago «RaTG13» y la «ganancia de función» que mejora su transmisión o letalidad: a partir de al menos 2016, los investigadores de WIV estudiaron RaTG13, el coronavirus de murciélago identificado por WIV en enero de 2020 como su muestra más cercana al SARS-CoV-2 (96,2% similar). Desde el brote, el WIV no ha sido transparente ni coherente en su trabajo con RaTG13 u otros virus similares, incluidos posibles experimentos de «ganancia de función» para mejorar la transmisibilidad o la letalidad.

EE.UU sostiene que también posee información de los vínculos secretos de la WIV con la investigación militar: A pesar de que la WIV se presenta a sí misma como una institución civil, la WIV ha colaborado en publicaciones y proyectos secretos con el ejército de China. El WIV se ha involucrado en investigaciones clasificadas, incluidos experimentos con animales de laboratorio, en nombre del ejército chino desde al menos 2017.

La conclusión es que la pandemia de COVID-19 fue evitable y que comprender el origen de la pandemia por COVID 19 es esencial para la salud pública mundial, la recuperación económica y la seguridad internacional, así EE.UU. reafirma que ha pedido repetidamente una investigación transparente y exhaustiva. Cualquier país responsable habría invitado a investigadores de la salud mundial a Wuhan a los pocos días de un brote. En cambio, China rechazó las ofertas de ayuda, incluso de Estados Unidos, y castigó a los valientes médicos, científicos y periodistas chinos que intentaron alertar al mundo sobre los peligros del virus. Beijing continúa reteniendo información vital que los científicos necesitan para proteger al mundo de este virus mortal y del próximo.

»Hasta que el Partido Comunista Chino permita un recuento completo y auditoría completa de lo que sucedió en Wuhan, es solo cuestión de tiempo hasta que China dé a luz otra pandemia y la inflija al pueblo chino y al mundo», alerta secretario de estado de EE.UU., Michael R. Pompeo, en nombre de su país.

Fuente: Departamento de Estado de EE.UU.